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Chile en constante preparación para responder ante desastres naturales Las autoridades buscan compartir experiencias para lograr socorrer a la población en el mínimo de tiempo.

A lo largo de su historia como república, Chile ha enfrentado variados y recurrentes desastres naturales, lo que ha hecho a sus habitantes y en especial a sus autoridades –civiles y militares– aprender a solucionar diversas y complejas situaciones.

El ministro de Defensa Nacional José Antonio Gómez Urrutia, a través del Estado Mayor Conjunto, inició en Antofagasta, entre el 30 de noviembre y 1 de diciembre, una serie de seminarios de preparación para la prevención de la gestión del riesgo ante desastres naturales. Al respecto, el ministro señaló que “la intención de esta actividad es desarrollar seminarios de emergencia en diferentes lugares del país, para transmitir la experiencia que poseen las fuerzas armadas en los procesos de planificación y análisis, adquiridas mediante la respuesta a las diferentes catástrofes que han apoyado”.

Rompiendo récords

Los desastres naturales que han afectado al sureño país de América, han sido merecedoras de tristes records mundiales. El terremoto ocurrido en la ciudad de Valdivia, el 22 de mayo de 1960, tuvo una magnitud de 9,5 en la escala de Richter; la mayor medición registrada en el mundo en este tipo de fenómenos.

Años después, a principios del 2010, la zona centro sur del país sostuvo un nuevo episodio sísmico crítico, cuya magnitud alcanzó los 8,8 en la mencionada escala.

Estas experiencias han hecho conocido a Chile como un verdadero laboratorio en emergencias y desastres. Esto obliga a autoridades y ciudadanos a buscar en forma permanente nuevas fórmulas basadas en las lecciones aprendidas de las experiencias obtenidas, para extremar las medidas de preparación y mitigación.

Protocolo ante emergencias

El ministerio del Interior, a través de la Oficina Nacional de Emergencias, (ONEMI), organismo que posee representación en las quince regiones del país, es la autoridad civil a cargo de asistir en las catástrofes y desastres naturales. El ministerio tiene a su disposición la planificación –medios orgánicos y asignados– de los servicios de emergencia, que funcionan al mando de la mayor autoridad regional: la Intendencia; quien posee la responsabilidad de accionar inicialmente durante una catástrofe, a través de la filial de la ONEMI zonal.

Sin embargo, es preciso destacar que si el evento es de mayores proporciones, la máxima autoridad de la nación, el presidente de la República, decreta un estado de excepción constitucional denominado de “catástrofe”, donde es designado el oficial de las fuerzas armadas de más alta graduación de la zona afectada, quién asume el control de los medios de las fuerzas armadas de emergencia, del orden, seguridad pública y de apoyo, e incluso la eventual ayuda extranjera para gestionar su uso dosificado y regulado.

Tras las diversas lecciones aprendidas, lo anterior refleja la importancia que tiene para la defensa nacional la necesidad de compartir las experiencias en la preparación de la respuesta a un evento catastrófico de origen natural, para lograr socorrer a la población en el mínimo de tiempo, y disminuir en la mayor medida posible la pérdida de vidas humanas.

“Esta iniciativa pretende traspasar la experiencia que poseen las fuerzas armadas en la preparación y respuesta ante eventos catastróficos, en cuanto a su conducción y manejo de la crisis, algo que entendemos que puede colaborar en gran medida para nuestro sistema de emergencia nacional”, indicó el General de Aviación Arturo Merino Núñez, jefe del Estado Mayor Conjunto.

Análisis de información

La norteña ciudad de Antofagasta fue la primera elegida para el inicio de esta iniciativa de la defensa nacional. Y es que la región ha sabido de catástrofes. Los años 1991, 1995 y 2007 permanecen en la memoria de sus habitantes, por la destrucción y muerte que un aluvión y dos terremotos de gran magnitud sembraron en la zona.

El seminario reunió a las autoridades regionales, zonales y civiles de las fuerzas armadas de orden y seguridad, quienes conocieron detalles de la planificación de emergencia regional de la defensa nacional, de la ONEMI regional y de diversos expertos que examinaron el tipo de riesgos que Antofagasta puede enfrentar. Analizaron terremotos, tsunamis, aluviones e incluso erupciones volcánicas.

El seminario terminó el 1 de diciembre con un taller práctico. A través de una situación ficticia fueron mostrados los efectos prácticos que trae consigo la planificación. Fue cumplida la intención de que cada autoridad conociera estos detalles, lo que sin duda agilizará la respuesta ante una eventual manifestación de la naturaleza.

Revista: Diálogo Américas